sábado, 22 de marzo de 2014

El Dragón, el Amor y la Princesa

     
      Dragón         +     Amor Incondicional        = Princesa
      (Esencia Oculta...          transformada en amor...                  produce el verdadero yo)


Lo que, en esencia, significa esta fórmula -quiénes somos de verdad, qué hay en nuestro ser más profundo- parece estar verdadera y misteriosamente vinculado a nuestro dolor y con lo que ocultamos. Debajo de estas heridas, fuertemente protegido en el lugar al que nos retiramos y ocultamos de manera instintiva, reside nuestro yo más innato y vulnerable, nuestra semilla de la Sagrada Particularidad, el Nombre de Dios que llevamos. Está oculto precisamente porque es el tesoro escondido, la valiosísima perla.

Pero, ¿quién lo abrirá? La idea de curar, en el sentido moderno -cobrar conciencia del dolor y liberarlo- confunde a veces el grano de la paja, en el sentido de que pensamos que al desembarazarnos del dolor alcanzamos la libertad de ser quienes realmente somos. Pero el auténtico proceso es más sutil. De hecho, quiénes somos realmente es la persona revelada que camina en el centro de ese momento en que el dolor se encuentra con el amor incondicional y es iluminado por éste. Se trata de una nueva creación. Ese instante es el alba del verdadero yo, la irrupción de la majestad en el ámbito humano. Vivirlo y compartirlo con un/una compañer@ human@ es experimentar lo que Mouravieff llama el "bautismo de fuego"*, esa intensa fusión que permita cada vez más que el verdadero yo se convierta en la residencia permanentemente experimentada de la individualidad.

* En Daniel 2:12:30, el rey Nabucodonosor arroja a un horno encendido a Sidraj, Misaj y Abed-Nego, pero salen indemnes.



Extracto del libro "El Amor es más fuerte que la muerte"
de Cynthia Bourgeault.




miércoles, 12 de marzo de 2014

Dejarse amar




- Te amo -dijo el principito.

- Yo también te quiero -dijo la rosa. 

- No es lo mismo -respondió él. Amar es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas nada, no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa compañía. Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos. Amar es darte un lugar en mi corazón para que te quedes como padre, madre, hermano, hijo, amigo y saber que en el tuyo hay un lugar para mí. Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor, es abrir el corazón y dejarse amar.

- Ya entendí -dijo la rosa. 

- No lo entiendas, vívelo -agregó el principito.



domingo, 9 de febrero de 2014

Compasión, libertad infinita





Un monje caminaba por una estación de autobuses cuando de repente un hombre le amenaza a punta de pistola para robarle. 

Inmediatamente después el monje sintió miedo; más tarde, odio. Estas emociones siguieron atenazándole, tanto que cuando llegó a casa lloraba en un mar de lágrimas. Cuando se lo contó a su alumno, éste le dijo:

- Después del mal rato que has pasado, ¿por qué lloras ahora?

El monje contestó:

- Me he dado cuenta de que si yo hubiera tenido la familia de ese hombre y hubiera vivido lo mismo que él, el de la pistola sería yo.

Cuento budista







domingo, 2 de febrero de 2014

El Amor después del amor




Llegará un tiempo
en que, con júbilo,
te darás la bienvenida
en tu propia puerta, 
en tu propio espejo
y los dos sonreiréis al saludaros
y diréis, siéntame. Come.

Amarás de nuevo al extraño que eras.
Dale vino. Dale pan. Devuélvele tu corazón
al extraño que te ha amado
toda la vida, al que has ignorado
por otro, a quien te conoce de verdad.

Quita de la estantería las cartas de amor,
las fotos, las notas desesperadas;
arranca tu imagen del espejo.
Siéntate. Date un festín de vida.

El amor después del amor
Derek Walcott