Nada es lo que parece

Lindsay III, Richard Phillips

La realidad no es lo que parece ser sino que es lo que ES. La percepción que tenemos de ella es un reflejo de nosotr@s mism@s.

La Verdad es. Lo que necesario para poder sentirla y respirarla es de un perceptor vacío de contenido, eso solo acontece en el presente, para poder percibirla como lo que es en su totalidad. Sino te identificas con lo que tu sentido del yo (identidad) describe sobre la realidad que percibe entonces podrás verla como lo que es.

Lo que parece ser es lo que tu parecer identifica como real... y parecer no es ser. Solamente es un atisbo sesgado que percibes como realidad. Tenemos una apariencia de lo que la realidad es, tenemos un parecer en forma de visión de como percibimos la realidad.

Hay una frase que dice: "Nada es lo que parece..." y así es... Nada es lo que parece ser porque es lo que es pese a las apariencias, a lo que aparece...

Y otra frase que dice: "Las apariencias engañan" si nos acomodamos en ellas, creyéndonos ser ellas, porque son solo la superficie que queda a la vista...

Si crees ser tus apariencias, te conviertes en ellas y otras apariencias te parecerán reales, es decir, verdad. Pero si estás más allá de las apariencias, de la superficie de lo que eres... entonces podrás discernir entre las apariencias y la Verdad.

Para poder ser hay que traspasar el parecer, y para eso hay que hacer del parecer el "para-crecer", dándome cuenta de esas apariencias que no soy, recorriendo esos rincones de esta identidad, que esas apariencias que no existen pero que percibo...

Si conoces como percibes, podrás vislumbrar la realidad. Cuando te sumerges en esa percepción que hay en ti, dejas que la Nada emerja como lo que es ese Todo que eres. Las apariencias rechazan, comparan, etiquetan... convierten en objeto lo percibido para poder manejarlo...

Si esa identidad aparece en apariencias entonces desapareces, si ese sentido del yo aparece entonces desapareces... no eres porque eres un guión, una película de ti mismo...

Puede que te corresponda experimentar situaciones similares una y otra vez, en las que las apariencias aparezcan de nuevo, hasta que la conciencia sea la entidad que ilumine esa identidad para integrarla en el todo de la comprensión que eres.

Ahora veo la belleza de la máscara que me cubría

aceptando los motivos de su existencia,

los comprendo, abrazándolos con Amor

la que tantas veces he sido sin saberlo,

la que alberga tristezas y alegrías,

antes con causas 

ahora sin ellas.

De la realidad me refugiaba, me escondía, me alejaba

sintiendo que iba a otro lugar

donde no sentir la Verdad.

Ahora la identidad sale

y elijo ser una entidad

que la ilumine. 

Ahora.